El tenista serbio Novak Djokovic provocó una gran polémica a principios de año al querer competir en el Open de Australia sin estar vacunado contra la covid-19, requisito indispensable para entrar en el país.
En ese momento, Djokovic era el tenista número 1 de la clasificación mundial y el vigente campeón del torneo, por eso su participación era muy esperada. Los organizadores del Open de Australia, uno de los cuatro Grand Slams del mundo del tenis, decidieron entonces hacer una excepción con él y no le exigieron vacunarse para participar en la competición.
El tenista viajo hasta Australia el 5 de enero, a pesar de conocer la normativa y de recibir las advertencias de las autoridades australianas. El propio primer ministro australiano, Scott Morrison, declaró que nadie está por encima de la ley.
Al llegar a Australia, las autoridades del aeropuerto detuvieron al tenista por no cumplir con los requisitos de entrada en el país y cancelaron su visado. El gobierno australiano lo retuvo en un centro para migrantes con la intención de deportarlo en los próximos días.
Finalmente, tras algún que otro proceso judicial, Djokovic fue deportado de Australia.
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